La información sobre los Bonos Verdes y la decisión de los inversionistas son la brecha que se deberá rebasar para implementar en mayor medida estos instrumentos de la BMV.
El cambio climático ha obligado a buscar nuevas alternativas para enfrentarlo, desde el desarrollo de tecnologías que no repercutan severamente en el ecosistema hasta lo que hoy conocemos como Bonos Verdes, y que en México empezaron a promoverse por la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) desde 2015 para impulsar proyectos sustentables.
Eduardo Piquero, director general de MéxiCO2, empresa subsidiaria del Grupo BMV, menciona que los Bonos Verdes son títulos de deuda, como cualquier otro bono emitido en la Bolsa Mexicana de Valores, pero están direccionados a proyectos del medio ambiente.
“Son como pagarés muy grandes que lógicamente no puedes ir al banco para solicitar esa cantidad de dinero, entonces tienes que suscribirlos, subastarlos en Bolsa, y hay diferentes inversionistas que los compran. Son ‘verdes’ porque los recursos que se obtienen de este pagaré son destinados al financiamiento de nuevos proyectos o refinanciamiento de proyectos antiguos, pero siempre relacionados con cambio climático o con medio ambiente”, explica.
Pueden ser proyectos de eficiencia energética, de generación de energía renovable como la eólica o solar, proyectos de transporte urbano limpio, construcción sustentable, gestión de residuos, proyectos relacionados con el agua o agricultura verde.
La BMV fue la primera Bolsa en América Latina que introdujo este instrumento y el primer Bono Verde fue de Nafin.
Eduardo Piquero comentó que en el sector inmobiliario hasta ahora sólo se han emitido tres Bonos Verdes por Inmobiliaria Vinte, el primero, por ejemplo, fue en 2018 para para financiar proyectos para el desarrollo de comunidades sustentables.
Mencionó que los beneficios para este tipo de bonos son los mismos que para cualquier buena colocación de recursos, pero reciben una tasa inferior porque el producto es verde.
“Lo que tenemos al día de hoy es un sector financiero que necesita gran cantidad de instrumentos para descarbonizar sus portafolios, y así lo vimos hace menos de un mes cuando 77 inversionistas institucionales firmaron una declaración dirigida a las emisiones de acciones, pero también de Bolsas y de otros instrumentos híbridos como FIBRAS, pidiéndoles mayor información ambiental”, expone Eduardo Piquero.
Es decir, el inversionista quiere cada vez más productos verdes en sus portafolios de inversión, por lo tanto, el sector inmobiliario está llamado a ser proveedor.
En este contexto, los retos para potenciar los Bonos Verdes en 2021 serán los mismos que hasta ahora, expresa Piquero: “alcanzar una mayor cantidad de emisiones durante el año que viene. Lo que tenemos que hacer es un gran llamado a los emisores a llegar al mercado”.
En 2020 hubo una emisión de un bono soberano por parte del gobierno mexicano, específicamente, por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) por 750 millones de euros, que fue muy bien recibido, al lograr una demanda máxima de 4,800 millones de euros, es decir, 6.4 veces el monto colocado.
Asimismo, el director general de MéxiCO2 indicó que se busca que los Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (FIBRAS) en el mercado accionario consideren los beneficios de reportar factores ambientales y sociales.
“Lo que también necesitamos es FIBRAS que comiencen a ser verdes íntegramente. Tenemos unas que tienen gran cantidad de inmuebles y que podrían calificar como verdes, lo que hace falta es que den ese pasito un poco más y se certifiquen como verdes, que todo lo que esté dentro de una FIBRA sea bajo en emisiones, o sea, desecho cero y que pueda dar también certeza de los beneficios ambientales”, señala Eduardo Piquero.
Pero aclara que la gran brecha o barrera para impulsar este tipo de bonos es la información y que el inversionista tome la decisión de realizarlo.
Hacia una recuperación verde
En el panel Impulsando la sostenibilidad: financiamientos y bonos verdes que se efectuará en Expo CIHAC el martes 27 de octubre, “vamos a discutir las posibilidades de financiamiento en el mercado mexicano para proyectos de edificaciones. También vamos a hablar de por qué es una decisión dentro del mercado la descarbonización de portafolios y el apetito de los inversionistas por este tipo de instrumentos”, indicó el director general de MéxiCO2.
Añadió que en esta versión digital de Expo CIHAC podremos conversar desde la tranquilidad de nuestros hogares, pero el evento también tiene que ser un gran disparador de ideas, el lugar a donde vayamos a conversar nuestros inconvenientes, barreras, inquietudes para tener una recuperación económica durante 2021, en términos de ingresos y que también lo sea en generación de nuevos instrumentos que ayuden a que esta recuperación sea verde; que no sea una recuperación como las que tuvimos hasta ahora.
“Las recuperaciones que siguen deben ser para lograr una economía más resiliente y por supuesto, para desafiar el gran riesgo que enfrenta la humanidad que es el cambio climático”, concluye.