Tecnología, sustentabilidad y sostenibilidad serán la clave para crear ciudades que logren un mejor desarrollo.
Frecuentemente nos preguntamos cómo serán las ciudades en el futuro. ¿Habrá más aeronaves que automóviles? ¿Todos los autos serán anfibios y eléctricos? ¿Los edificios tenderán a ser totalmente automatizados? ¿Habrá más robots que ayuden al hombre en sus actividades cotidianas? Lo cierto es que para que una ciudad sea verdaderamente inteligente, será necesario más que tecnología.
Para Pablo J. Colás Murillo, presidente del Instituto Mexicano de Ciudades Inteligentes, Sustentables y Sostenibles, AC (IMCISS): “Una ciudad inteligente tiene un concepto más allá de la tecnología, de hecho, nace del acuerdo que hay entre los gobiernos y las necesidades de los ciudadanos, el sector privado y la academia, esa es la tetra-hélice que forma una ciudad inteligente”.
Refiere que además de los conceptos de automatización, hay aspectos como generar normas y estándares nacionales y algunos basados en los internacionales para que los modelos de ciudades sean más modernos.
También se debe tener información urbana real de la infraestructura que existe y la que se necesita, y con esa información, hacer análisis de datos a través de la inteligencia artificial, que deberá estar desarrollada con tecnología de vanguardia.
La movilidad es otro tema que influye en el desarrollo social, por lo que se requiere de condiciones que permitan una verdadera conectividad entre cada lugar de las ciudades.
En este punto, hoy en día han tenido mucho éxito las aplicaciones (Apps) para el traslado de los ciudadanos, y recientemente en el servicio de taxis se dispuso de una aplicación similar. Quizá igualmente, en el futuro los autobuses deberán contar con estas herramientas para un mejor control de los desplazamientos, lo que no sólo ayudaría a la movilidad, sino también a reducir la contaminación.
El presidente del IMCISS menciona que en cuanto a sociedad y gobernanza, si alguien quiere desempeñar su actividad en una zona distinta a la Ciudad de México, no tiene por qué verse afectado. Explica que todos los factores que hay en las ciudades deben estar relacionados y no como entes aislados, desde temas académicos, de turismo, industriales, de salud, etcétera.
Otro punto importante es la vinculación internacional, según Colás Murillo, así, se deberán aprovechar las inversiones encauzadas a la vocación de cada ciudad. De igual forma, se requerirá de una unión colaborativa entre la tetra-hélice.
Para el 2030 habrán crecido más de 900 ciudades en México, según el IMCISS, por lo que las ciudades deben considerar el ordenamiento urbano y los estándares de calidad porque la mayoría de las personas viviremos en las ciudades, no en el campo.
Ya en 2050 se estima que 90? la población vivirá en las grandes ciudades, pero éstas deben tener una condición de sostenibilidad, que se garantice la sobrevivencia, la sostenibilidad de la vida.
Por supuesto, deberán considerar una construcción sustentable y tener seguridad: “Si no tienen seguridad, están condenadas al caos, pero esta seguridad no se logrará si no tienen un alto nivel educativo y cultural”, advierte Pablo Colás.
Asimismo, las metrópolis deberán reconocer sus necesidades para plantear soluciones tecnológicas, ya que en Cancún quizá la calidad del aire no sea tan relevante, pero en la ciudad de México sí, o en Estocolmo los sistemas de cámaras no son tan importantes como en Londres.
De esta manera, en el futuro las ciudades más productivas y benéficas serán las que combinen la tecnología, la sustentabilidad y sostenibilidad para que las sociedades puedan interactuar y desarrollarse.