“Espero cambiar el paradigma, empujar a la gente a soñar y arriesgarse. No porque seas rico debes desperdiciar material. No porque seas pobre no deberías de tratar de crear calidad. Todo mundo merece calidad, lujo y confort. Estamos conectados y las preocupaciones relacionadas con el clima, la democracia y la escasez son preocupación de todos.”
—Diébédo Francis Kéré
El Premio Pritzker es considerado el premio más distinguido de la arquitectura a nivel mundial. Su objetivo es reconocer en vida la trayectoria de arquitectos cuyo trabajo representa una combinación de talento, visión y compromiso, el cual haya contribuido de manera significativa a la humanidad y al entorno construido mediante el ejercicio del arte de la arquitectura.
Este prestigioso premio internacional, considerado por muchos como el “Nobel de la Arquitectura” se otorga cada año y consiste de $100,000 dólares y una medalla de bronce tallada exprofeso, además del reconocimiento internacional y peso que conlleva.
Historia del Pritzker
El premio toma su nombre de la familia Pritzker, originaria de Chicago, nombre que hoy es sinónimo de los hoteles Hyatt ubicados en todo el mundo. Jay y Cindy Pritzker, fundadores del premio, siempre apoyaron las actividades educativas, científicas, médicas y culturales y consideraban que un premio significativo no solamente estimularía una mayor conciencia en el público respecto a las construcciones, sino que además inspiraría una mayor creatividad en la profesión de la arquitectura.
Al ser originarios de Chicago, la ciudad que fue cuna de los rascacielos, no es extraño que los Pritzker centraran su atención en la arquitectura, en la que las aportaciones de personalidades como Louis Sullivan, Frank Lloyd Right y Mies van der Rohe, eran más que patentes. Hoy día, los premios son anunciados por Tom Pritzker, hijo de Jay y Cindy, quien funge como Presidente de la Fundación Hyatt.
¿Quién es Francis Kéré?
Diébédo Francis Kéré es arquitecto, educador y activista social nacido en Gando, Burkina Faso en 1965 y con actual residencia en Berlín (también tiene la ciudadanía alemana). El país donde nació es uno de los más pobres y menos educados del mundo, pues carece de agua potable, electricidad e infraestructura, ya no digamos de arquitectura. El desarrollo de su obra arquitectónica es, por su esencia y presencia, fruto de las circunstancias que vivió, según reconoce el jurado del Pritzker.
Fue el hijo mayor del jefe de la villa en la que vivían, y el primero de su comunidad en asistir a una escuela, para lo cual tuvo que viajar a otra ciudad, Tenkodogo, y dejar a su familia a los siete años. Cuenta que los salones de clases eran espacios pequeños construidos de bloques de cemento, carentes de ventilación e iluminación, por lo que el sentirse atrapado todos los días, en un calor extremo durante horas con cientos de compañeros, lo hizo prometerse hacer mejores escuelas algún día.
El proyecto que sentó las bases para la ideología de Kéré fue la Escuela Primaria de Gando (2001, Gando, Burkina Faso), donde construyó un manantial con y para una comunidad que buscaba satisfacer una necesidad esencial y redimir las desigualdades sociales. Su respuesta requería una doble solución: un diseño físico y contemporáneo para una instalación que pudiera combatir el calor extremo y las malas condiciones de iluminación con recursos limitados, que además tuviera la firmeza social para superar la incertidumbre de la comunidad. Para realizar este proyecto, Kéré recaudó fondos a nivel internacional, mientras creaba oportunidades invariables para los ciudadanos locales, desde la concepción hasta la formación artesanal. La arcilla indígena se fortificó con cemento para formar ladrillos con masa térmica bioclimática, que permitían retener el aire más fresco en el interior y al mismo tiempo dejaban escapar el calor a través de un techo de ladrillos y un tejado ancho, saliente y elevado, permitiendo la ventilación sin la intervención mecánica del aire acondicionado. El éxito de este proyecto aumentó el número de alumnos de la escuela de 120 a 700, y catalizó la construcción de viviendas para profesores (2004, Gando, Burkina Faso), una extensión (2008, Gando, Burkina Faso) y una biblioteca (2019, Gando, Burkina Faso).
En su labor, Kéré empodera y transforma comunidades a través del proceso de la arquitectura. A través de su compromiso social y con la justicia, aunado al uso inteligente de los materiales locales para conectar y responder al clima natural de las regiones, Kéré trabaja en países marginados llenos de restricciones y adversidad, donde la arquitectura e infraestructura están ausentes. La expresión de su obra excede el valor mismo de una edificación, al darle vida a instituciones escolares contemporáneas, instalaciones médicas, vivienda, edificios cívicos y espacios públicos, a menudo en terrenos donde los recursos son frágiles y el compañerismo es vital.
A decir de Tom Pritzker, Francis Kéré "es un pionero de la arquitectura —sostenible para la tierra y sus habitantes— en territorios de extrema escasez. Es al mismo tiempo arquitecto y servidor, mejorando la vida y las experiencias de innumerables ciudadanos en una región del mundo a veces olvidada. Debido a sus construcciones que demuestran belleza, modestia, audacia e invención, y por la integridad y postura de su arquitectura, Kéré ratifica con gracia la misión de este premio".
La Mención del Jurado de 2022 afirma que Kéré "sabe, desde dentro, que la arquitectura no tiene que ver con el objeto, sino con el objetivo; no con el producto, sino con el proceso". Toda su obra nos muestra el poder de la materialidad enraizada en el lugar. Sus edificios, hechos para las comunidades y en conjunto con ellas, pertenecen directamente a dichas comunidades —en su fabricación, sus materiales, sus programas y sus características únicas".
El impacto de su trabajo en escuelas primarias y secundarias catalizó la incepción de muchas instituciones, cada una de las cuales demostraba una sensibilidad a los ambientes bioclimáticos y la sustentabilidad características de la localidad, impactando con ello a muchas generaciones. El Campus Startup Lions (2021, Turkana, Kenia), dedicado a las tecnologías de la información y comunicaciones, utiliza piedras de cantera y torres apiladas para un enfriamiento pasivo, minimizando con ello el aire acondicionado que se requiere para proteger el equipo de cómputo. El Instituto Tecnológico de Burkina (Fase I, 2020, Koudougou, Burkina Faso) está compuesto de paredes frescas elaboradas con arcilla que se colaron en sitio para acelerar el proceso constructivo.
La confianza que el arquitecto ganó a nivel nacional lo llevó a diseñar uno de sus proyectos más ambiciosos y cruciales en su carrera: la Asamblea Nacional de Burkina Faso (Uagadugú, Burkina Faso), el cual permanece sin construir debido a la incertidumbre de los tiempos actuales Luego de que el levantamiento burkinés de 2014 destruyó la estructura anterior, Kéré diseñó un edificio piramidal escalonado y entramado, que albergaba un salón de reuniones para 127 personas en su interior, al tiempo que alentaba la congregación informal al exterior. Al habilitar nuevas vistas, tanto física como metafóricamente, esta constituye una pieza de un plan maestro más grande, concebido para albergar flora indígena, espacios de exhibición, patios y un monumento dedicado a aquellos que perdieron la vida al protestar contra el viejo régimen.
En toda la obra de Francis Kéré se manifiesta una expresión poética de la luz: los rayos de sol se filtran en los edificios, los patios y espacios intermedios, superando las duras condiciones del medio día para ofrecer espacios de serenidad o reunión. El techo de concreto de la Biblioteca de la Escuela Primaria Gando fue colado alrededor de una rejilla vasijas de barro tradicionales, que una vez que fueron extraídas, dejaron aperturas que permiten que el calor escape y que los haces circulares de luz natural iluminen los interiores. La construcción elíptica está rodeada de una fachada de madera de eucalipto, lo cual crea espacios exteriores flexibles que emiten luz verticalmente. Las paredes de la escuela Benga Riverside (2018, Tete, Mozambique) tienen patrones con pequeños vacíos recurrentes, que permiten que la luz y la transparencia evoquen sentimientos de confianza en sus estudiantes. Las paredes del Centro de Salud y Bienestar Social (2014, Laongo, Burkina Faso) están adornadas con un patrón de ventanas enmarcadas a diferentes alturas, que permiten que todos sus usuarios puedan tener vistas del paisaje exterior: desde un médico de pie hasta un visitante sentado o un paciente acostado.
Los diseños de Kéré están llenos de simbolismo y sus obras fuera de África están influenciadas por su educación y experiencias en Gando. La tradición de África Occidental de reunirse bajo un árbol sagrado para intercambiar ideas, narrar historias, celebrar y reunirse es recurrente. Sarbalé Ke en el Festival de Música y Artes del Valle de Coachella (2019, California, Estados Unidos) se traduce como "Casa de la Celebración" en su lengua nativa bissa, y hace referencia a la forma del árbol baobab ahuecado, venerado en su tierra natal por sus propiedades medicinales.
El Serpentine Pavilion (2017, Londres, Reino Unido) también toma su forma central de la forma de un árbol y sus paredes desconectadas pero curvadas están formadas por módulos triangulares de color índigo, color que representa la fuerza en su cultura y de identifica, de forma más personal con una túnica azul llamada boubou que el arquitecto usaba en su niñez. La cubierta independiente recuerda a la de sus edificios en África, pero en el interior del pabellón, el agua de lluvia se canaliza hacia el centro de la estructura, poniendo de relieve la escasez de agua que se sufre en todo el mundo. La Asamblea Nacional de Benín (Porto-Novo, República de Benín), actualmente en construcción y situada en un parque público, se inspira en el árbol del palaver. Aunque el parlamento se reúne en el interior, los ciudadanos también pueden reunirse bajo la amplia sombra de la base del edificio.
“En un mundo en crisis, en medio de valores y generaciones cambiantes, Kéré nos recuerda lo que ha sido y que indudablemente seguirá siendo una piedra angular de la práctica arquitectónica: un sentido de comunidad y calidad narrativa, que él es tan capaz de contar con compasión y orgullo. En ello, proporciona una narrativa en la cual la arquitectura puede convertirse en una fuente de felicidad y alegría continua y duradera”, abunda el Jurado del prestigioso premio.
Muchas de las obras de Kéré están localizadas en África, en países que incluyen la República de Benín, Burkina Faso, Mali, Togo, Kenia, Mozambique y Sudán. También ha creado instalaciones y pabellones en Dinamarca, Alemania, Italia, Suiza, el Reino Unido y los Estados Unidos. Algunas de sus obras significativas son Xylem, localizada en el Tippet Rise Art Centre (2019, Montana, Estados Unidos), la residencia médica Léo (2019, Léo, Burkina Faso), la Escuela Secundaria Lycée Schorge (2016, Koudougou, Burkina Faso), el Parque Nacional de Mali (2010, Bamako, Mali) y la Villa de la Ópera (Fase I, 2010, Laongo, Burkina Faso).
Fuente: pritzkerprize.com