En la actualidad, la construcción de edificaciones debe ser sostenible e inclusiva, con infraestructuras resilientes, alta capacidad de adaptación y generadas a partir de tecnologías que permitan el uso eficiente de recursos y el aumento de la eficiencia energética.
Con el uso de todos los recursos naturales posibles y la aplicación del sentido común, se pueden lograr edificios bioclimáticos y sostenibles que se ajusten a los ecosistemas y que incluyan, además, todas las condiciones de comodidad y confort necesarias para los usuarios.
¿Qué es la arquitectura tropical? Vayamos desde el principio. El trópico representa el área con mayor biodiversidad en el mundo, alberga más del 40% de la población mundial y sus ciudades cuentan con el mayor índice de crecimiento de la urbe en el mundo, un gran desafío para la arquitectura. Por ello, el trópico exige una arquitectura distinta a la de las demás zonas, pues cuenta con otras variables de diseño en términos de condiciones climáticas y necesidades cotidianas.
La arquitectura tropical responde a los requisitos bioclimáticos sostenibles que buscan adaptación del clima, el aprovechamiento de recursos naturales como el Sol, lluvia, humedad, luminosidad y relieve; su principal objetivo es disminuir los impactos ambientales en ecosistemas y cooperar con la reducción del consumo energético de las edificaciones.
Ante ello, desde su natal Costa Rica, el arquitecto Bruno Stagno hace una reflexión sobre cómo se puede tomar inspiración e identidad arquitectónica desde las necesidades del medio ambiente, así, propone ir más allá con una serie de investigaciones de sostenibilidad, métodos constructivos, propiedades de materiales y características climáticas, además de incluir aspectos socioeconómicos de mano de obra y materiales.
En palabras de Stagno, “para que sea durable la construcción en el trópico, es necesario recurrir a ciertos principios: usar materiales producidos localmente, evitando largos transportes, reducir el consumo energético, utilizar de manera estratégica los recursos naturales disponibles, buscar mano de obra local pero sobre todo, tener costos de construcción competentes, dando importancia a la relación naturaleza-hombre”.
El arquitecto se preguntó, ¿qué pasa cuando las motivaciones de la arquitectura escapan del contexto tropical? Lo cual dio como resultado su proyecto: “Un Manglar en Berlín”, participación de 1995 para la Reconstrucción de la Academia de Arquitectura de Berlín, Berliner Buakademie, obra emblemática del arquitecto Friedrich Schinkel.
Para Stagno, cada diseño, por pequeño que sea, es una motivación y un desafío para actuar con coherencia y en sintonía con la práctica de su profesión.
En sus palabras: “Aún se sigue pensando qué hacer con esta área en Berlín y el proyecto busca dar de qué hablar hace unos años, los proyectos seleccionados por el jurado del concurso, entre los que estaba el nuestro, fueron exhibidos en varias exposiciones en el museo verlinés Staatsratsgebäude en la Berlinische Galerie, y en la Galería Glasstec de Düsseldorf. El periódico Die Zeitz, que participó en la promoción del concurso, dedicó un número completo de su semanario Zeit – magazine para dar a conocer los proyectos seleccionados. El Altes Museum en Berlín nos solicitó la donación de los planos y perspectivas del proyecto para conservarlos en el archivo de dibujos de Berlín, “Las Manos de los Arquitectos”.
En el artículo “Arquitectura para una Latitud, Diseñando y Construyendo el Trópico”, el arquitecto explica el enfoque con el que se diseñó el proyecto: “En un concurso internacional para un edificio nuevo en Berlín, Alemania, que ocuparía el lugar de la antigua Bauakademie, diseñada por Karl Friedrich Schinkel, propuse un “potente paisaje urbano” con un “Manglar para Berlín” que impresionó al jurado y que provocó el siguiente comentario: “Jardín acuático de Bruno Stagno, desde San José, la lejana capital de Costa Rica, animado por el concurso de la Bauakademie, proyectó una sorprendente arquitectura. Stagno ensancha el canal del río Spree, cubriendo de agua la plaza triangular de Schinkel y convirtiéndola en un jardín acuático en el cual, en un riguroso orden arquitectónico, crea un huerto plantando árboles protegidos del agua con maceteros. Un edificio de ladrillo que retoma, de acuerdo a las bases del concurso, las medidas del edificio original de Schinkel, aunque compositivamente diferente, se apropia de una esquina de este estanque…”.
Su proyecto propone, entre otras cosas, una nueva relación con la vegetación de la zona y el agua, algo similar como a la que se da en los manglares de la selva tropical. Arriesga en llevar ideas sencillas a una concisión compleja y desarrollada, sin embargo, su proyecto representó una solución que puede apreciarse fuera del contexto tropical. Esta es la creación de una arquitectura contemporánea del sincretismo, permitiendo encontrar su propia voz a las civilizaciones.
Sobre Brugo Stagno
Bruno Stagno es arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile e inició su práctica privada en Costa Rica en 1978. Desde el inicio centró la atención en la comunión de los edificios con la naturaleza, sincretizado tradición e innovación.
Su trabajo incorpora los principios del regionalismo crítico en un momento en que la imagen de la globalización es la fuerza dominante. Ha desarrollado un intenso enfoque en el aprovechamiento máximo de las características climáticas de los trópicos y el uso de materiales locales, con énfasis en la biodiversidad tropical y en el paisajismo.
Ha recibido numerosos premios y reconocimientos en todo el mundo por su obra arquitectónica, entre ellos 9 premios en Bienales en América Latina y el Premio América 2015, otorgado por el XVI SAL.
Desde 2004-2015 es miembro del jurado en los Premios Holcim para la Construcción Sostenible -Suiza. Es galardonado y fellow de la Fundación John Simon Guggenheim Memorial en Nueva York y galardonado y miembro de Prince Claus Fund for Culture & Development, de Holanda. Ha sido condecorado dos veces por el gobierno de Francia, otorgándo el grado de Caballero de la Orden de Artes y Letras y de la Orden al Mérito. En 2012 recibió la Medalla de Oro del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos de Costa Rica. Su obra fue exhibida ante la Asamblea General de la ONU en ocasión del World Energy Day – 2013 y dos veces en la Bienal de Venecia.
Su pasión por el trópico lo llevó, en 1994, a fundar el Instituto de Arquitectura Tropical, institución sin fines de lucro reconocida por el Estado de Costa Rica y dedicada a investigar, promover y divulgar la arquitectura, el urbanismo y el paisajismo propios de la latitud tropical. Es el creador de la Norma de Arquitectura Sostenible RESET, que con la colaboración de otras instituciones, se estableció, en 2012, como Norma Nacional.