El Día Mundial de Concientización sobre el Ruido nos da una pauta para pensar cómo este nos afecta y qué podemos hacer para ofrecer a nuestros clientes opciones para mitigarlo.
En tiempos en los que el home office ha cobrado fuerza, el sector inmobiliario continúa su desarrollo y la economía se reactiva, se hace visible la importancia de contar con un espacio pacífico, en el que no intervengan sonidos del exterior.
Las zonas metropolitanas tienen la mayor demanda en vivienda y trabajo, pero debido a su movilidad y dinamismo, muchas veces vienen acompañadas por contaminación acústica.
Las sirenas de patrullas y vehículos de emergencia, el sonido del cláxon de los conductores, alarmas de autos, obreros trabajando en construcciones, la música exterior o el vuelo de un avión pueden ser ejemplos de sonidos que no se pueden evitar, pero tienen un impacto en la salud, al grado de ser denominados una amenaza invisible.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación acústica es uno de los factores ambientales que provoca más problemas de salud. De acuerdo con cifras de la Agencia Europa del Medio Ambiente (AEMA), cada año el ruido es causante de hasta 16,600 muertes prematuras y más de 72,000 hospitalizaciones[1].
Si el ruido supera los 75 decibeles (dB) se vuelve dañino, y a partir de los 120 dB es incluso doloroso. La recomendación de la OMS es no superar los 65 dB durante el día y, para garantizar un feliz descanso, el ruido ambiental nocturno no debe exceder los 30 dB.
Jorge Bacelis, asesor de producto de Ventanas Exclusivas S.A. de C.V., explicó que las frecuencias de sonido provenientes de fuentes de origen diverso, propias de un ambiente citadino, viajan en forma de ondas que se propagan a través de los sólidos, del aire y el agua.
“Esto de alguna forma impacta al oído humano, entonces, toda frecuencia que lastime el oído humano se considera un ruido que va generalmente a partir de los 65 decibeles en adelante hasta alcanzar los 100 decibeles”, expuso.
Consideró que tener un espacio pacífico es importante para lograr tranquilidad y concentración en las actividades, ya sea en casas, oficinas o incluso en cafeterías, hoteles o restaurantes.
“Cualquier ruido excedente de los 60 decibeles te va a distraer, te va a mantener inquieto, provoca cierta ansiedad al organismo y hay gente que no se acostumbra a ello, (así que) es importante resguardarlo acústicamente”, indicó.
“Para eso existen diversas acciones; una de ellas es construir su casa con materiales que no permitan la transferencia o vibración del sonido. Generalmente las áreas más expuestas al ruido son las ventanas de un edificio o una casa porque son las que tienen mayor vulnerabilidad al sonido”, agregó Bacelis.
El entrevistado señaló que actualmente existen muchos materiales para lograr el aislamiento. Específicamente en cancelería recomendó utilizar la que se elabora a base de PVC con cámaras de aire, para disminuir la acústica proveniente del exterior.
“El sonido se transmite por vibración; entre mayor masa tenga una ventana, mayor peso, y es una mayor barrera al ruido, entonces es importante que cuenten en su vivienda con un sistema de ventanas que puedan aislar”, detalló.
Entre los factores a considerar mencionó la rigidez del material de la ventana, la masa o el peso y el espesor de los componentes.
Es importante cuidar “el espesor del vidrio y los perfiles, y obviamente que (estos) tengan una respuesta a las frecuencias de sonido. El sonido se propaga entre los 200 hasta los 1000, 2000 hertz; generalmente nosotros analizamos los (componentes a partir de) estudios en un rango que va de los 250 a 1000 hertz, que es la gama que el oído humano puede captar y puede molestarle.
“Algo muy importante es que a mayor espesor de los vidrios, es mayor la atenuación a ruidos. Existe un cámara de aire entre ellos y, muy importante, los vidrios laminares nos aportan una reducción acústica entre los 30 y 40 decibeles según sea su disposición en la ventana”, añadió.
Jorge Bacelis advirtió que, de lo contrario, de acuerdo con la resistencia de cada persona, la salud podría verse afectada en distintos grados.
“Primero se va deteriorando obviamente la salud de los integrantes en una habitación; la otra cuestión es la molestia en cuanto a la vibración de los vidrios o de las ventanas ante una exposición de sonido, (todo lo cual) genera un detrimento en la salud de las personas.”
“Con el rediseño del espacio aéreo —es lo que argumenta mucha gente— tenemos muchos clientes en la Ciudad de México… como han cambiado la ruta aérea, han sido vulnerados en su estabilidad, pues los aviones empiezan a circular a partir de las 2 o 3 de la mañana y como son continuos, es una molestia total”, refirió.
Aunado a la importancia de conocer el impacto que tiene la contaminación auditiva en nuestra salud (e incluso en la de los animales del entorno), la concientización y la educación ambiental se vuelven cruciales. Sin duda, una de las medidas con la que podemos mitigar este impacto es a través de cambios en las ventanas de nuestros domicilios o del uso de materiales absorbentes de ruido en los muros, pero la creación de normativas que aborden medidas preventivas y correctivas y su observancia son fundamentales.
[1] “La contaminación acústica, ¿cómo reducir el impacto de una amenaza invisible?”, en https://www.iberdrola.com/sostenibilidad/que-es-contaminacion-acustica-causas-efectos-soluciones