Un tema de suma importancia en esta Nueva Normalidad es la calidad del aire interior o CAI. Las personas que vivimos en entornos urbanos pasamos desde 14 hasta 21 horas desarrollando actividades en interiores, por eso es muy importante la integridad saludable del ambiente de estos lugares. La Environmental Protection Agency (EPA) de los Estados Unidos señala que, en los últimos años, los seres humanos pasamos el 90% de nuestras vidas adentro de un edificio, ya sea una casa, oficina o centro de salud. Este número se produjo antes de la pandemia del COVID-19, lo cual seguramente se incrementó con la situación de confinamiento.
En la actualidad los edificios son más eficientes y cerrados; esto significa que existe una menor infiltración de aire, lo que, aunado al mayor tiempo que permanecemos al interior y a la mayor cantidad de personas compartiendo el mismo sitio, hace que los contaminantes se acumulen y puedan estar entre 2 y hasta 10 veces más contaminados que el ambiente exterior. (1)
Existen 4 temas fundamentales respecto a la calidad del aire interior (IAQ): el origen de la buena o mala calidad, cómo se mide, cuáles son los métodos para mejorarla y la normativa propia de este concepto.
Factores que afectan la calidad del aire interior
El principal origen de la mala calidad del aire interior es la presencia de contaminantes y alta humedad. A pesar de que las fuentes de contaminación pueden ser diversas, la propia actividad humana en entornos interiores es una fuente de contaminación en sí misma, porque simplemente al respirar expulsamos dióxido de carbono y partículas de agua. Una alta concentración de personas en una estancia interior de manera prolongada (y sin buena ventilación) puede contribuir a que la calidad del aire se deteriore.
Otros elementos a destacar son las actividades relacionadas con el consumo de agua, como pueden ser regaderas, cocinas o incluso el secado de ropa, lo que incrementa la proliferación de moho o ácaros. Los hábitos como fumar o utilizar ciertos productos de limpieza que generen emisiones tóxicas u olores fuertes, también contribuyen a un mal estado de la calidad del aire interior. Es necesario tener en cuenta los gases de combustión de ciertos equipos, algunos materiales de construcción que generan compuestos orgánicos volátiles como las pinturas, adhesivos, formaldehídos y el gas radón, los cuales suelen ser habituales en la contaminación de atmósferas interiores.
También existe una polución asociada de carácter biológico, como pueden ser los virus, las bacterias, el polen o algunas partículas que pueden generar molestias o inclusive enfermedades a los ocupantes o usuarios de un espacio. Evitar la utilización de materiales constructivos nocivos beneficiará la calidad del aire al interior de las construcciones.
Indicadores de calidad del aire
El primer indicador para medir la calidad del aire interior se da a partir del grado de confort o comodidad del usuario (IEQ), ya que muchas veces nos indica la salubridad o insalubridad de una estancia. También existen equipos de lectura directa y muestreo que pueden determinar la concentración de un contaminante en un determinado espacio; muchas veces es interesante la captación de un contaminante para su posterior análisis en laboratorio.
Mejoramiento de la calidad del aire interior
La manera más sencilla de mejorar el aire interior es abrir las ventanas. Hacerlo durante un tiempo controlado permite bajar la concentración de humedad, evacuar el humo e incluso la entrada de un flujo de aire renovado con una mayor cantidad de oxígeno que mejore la habitabilidad. Sin embargo, este método tiene algunas desventajas, pues también pueden entrar polen, pequeñas partículas y ciertos contaminantes moleculares del exterior.
También puede darse una considerable pérdida de energía por la entrada de demasiado aire frío en invierno, lo que puede conllevar un sobre esfuerzo del sistema de climatización para compensar todo ese déficit energético. Por ello, una de las soluciones son los sistemas controlados de ventilación (VMC); este tipo de mecanismos permiten la salida al exterior de aire contaminado a medida que van dejando ingresar el aire renovado de forma dosificada.
Las soluciones de Calidad de Aire Interior proporcionan un ambiente higiénico a partir del movimiento continuo de la masa de aire, lo que aumenta los ciclos de limpieza a través de filtros y purificadores, eficientando la captación de partículas potencialmente nocivas. Es importante señalar que este tipo de tecnología se aplica únicamente a los sistemas centrales de tratamiento de aire, es decir, no impacta en la desinfección de los contaminantes que están viviendo en las superficies del edificio, por lo que se recomienda la limpieza permanente con productos adecuados para tal efecto. (2)
Existen en el mercado sistemas de ventilación con intercambiadores de calor, permitiendo que el aire que entra a las edificaciones pase por una variación de temperatura e ingrese ya climatizado; con ello se evitan grandes pérdidas energéticas y se genera un ahorro en los costos de calefacción y aire acondicionado.
Normativas de calidad del aire en México
La calidad del aire al exterior suele señalarse por el nivel de partículas presentes o PM (que es la abreviatura de particular matter), una mezcla de partículas sólidas y gotas líquidas que se encuentran en el aire, cuyo número agregado es el diámetro en micras. Existen tres tamaños, PM 10 (polvo y polen), PM 2.5 (partículas combustibles, compuestos orgánicos y metálicos) y el PM 1.0 (bacterias y virus). Esta medición es una de las más utilizadas y monitoreadas para verificar la concentración de partículas contaminantes en el aire.
El Organismo Nacional de Normalización y Certificación para la Construcción y la Edificación (ONNCCE) creó las normativas que permiten el mejoramiento de la calidad del ambiente en cualquier espacio interior. También fue el encargado de desarrollar la Norma NMX-C-7730-ONNCCE-2018, la cual fue tomada como base de la ISO-7730 y que es equivalente al ASHRAE-55, esto con la intención de asegurar el confort térmico en las edificaciones.
Adicionalmente, se redactó el PROY-NMX-C-577, el cual establece los parámetros de diseño para el interior de edificios, en cuanto a aspectos como: confort térmico, calidad del aire interior y ventilación de espacios cerrados, niveles de iluminación y luz de día, así como los niveles acústicos y de ruido en el interior de las edificaciones, para garantizar una buena ventilación y espacios con calidad ambiental. (3)
En todo espacio interior que vaya a tener ocupación humana, ya sea temporal o permanente, es indispensable que se tenga la posibilidad de ventilación, ya sea por métodos naturales o pasivos, pero con un buen análisis de flujos de aire, tamaño de aperturas operables (ventanas) y alturas de los espacios. Hay que recordar que el aire no sigue flechas de dibujo, sino que entra y sale por diferenciales de presión, pero de manera más segura y continua se deben diseñar e instalar sistemas de ventilación mecánica que garanticen la entrada del aire y su distribución adecuada a todos los espacios, además de que se puedan limpiar si tienen contaminantes. (4)
Así, la calidad del aire interior es un tema que tenemos que considerar en todos nuestros proyectos y planear para ello. En futuros eventos digitales contaremos con la participación de especialistas y consultores en el tema, por lo que invitamos a mantenerte al pendiente de nuestras comunicaciones.
Referencias:
(1) Lvovsky K. Environment Strategy papers: Health and environment. Strategy series number 1. Environment, October 2001
(2) Lennox Global. (2020, 19 mayo). La Importancia de la Calidad del Aire Interior - Webinar con ACR Latinoamérica. YouTube. Recuperado 29 de marzo de 2022, de https://www.youtube.com/watch?v=FcF3eSgT_z8
(3) S&P. (2021, 18 mayo). Normativa mexicana de ventilación y Calidad del Aire Interior. El Blog de la ventilación eficiente. Recuperado 29 de marzo de 2022, de https://www.solerpalau.com/es-es/blog/normativa-mexicana-ventilacion/
(4) Ídem