Es altamente recomendable, si no es que indispensable para tratar de entender los cambios que se avecinan y los retos que se nos presentarán los próximos años en nuestro campo profesional, hacer planeación estratégica y la investigación de nuevas tecnologías. Ahora más que nunca, ante las circunstancias adversas que vivimos, esas que tienen que ver con el estancamiento económico, provocado principalmente por las medidas tomadas en casi todo el mundo, por aquello de la pandemia, es indispensable hacer un ejercicio de reflexión y estudio, tanto del panorama actual, como de los posibles escenarios del futuro a mediano plazo.
La planeación estratégica juega un rol primordial en estos momentos y por supuesto, durante los próximos meses será necesario utilizar esta herramienta de trabajo y planeación para organizarnos mejor y estar preparados frente a un mundo más exigente y demandante, y de constantes cambios. La planeación estratégica nos permitirá replantearnos nuestra misión como profesionales y/o empresarios, y dilucidar (visión) como queremos vernos en ese futuro inmediato que estamos previendo suceda. Por supuesto, para llegar a ello, primero hay que entender como se está comportando nuestro mercado de trabajo, que proyectos se están dejando de hacer, tanto por particulares como por el gobierno, por la situación económica, pero que son indispensables y necesarios para el sano desarrollo de nuestra ciudad y de nuestro país. El estudio e investigación del campo de actuación de nuestra actividad profesional es necesario para saber qué tanto es posible que participemos o tengamos la oportunidad de vernos involucrados en esos proyectos y en su construcción. Para ello, es importante conocer la demanda real de los espacios para habitar (vivienda), trabajar (oficinas) y desarrollarnos en nuestras urbes. Sean estas, pequeñas, medianas o grandes.
En un esfuerzo así, de planeación estratégica, que comprenda un replanteamiento de propósitos y de objetivos generales y particulares, de metas a corto y mediano plazo, es que podremos encausar mucho mejor nuestros esfuerzos hacia objetivos más claros y alcanzables. No hacerlo, es dejar que los cambios y las circunstancias que se susciten, de tiempo en tiempo, nos arrollen y nos pongan fuera de combate. Entender mejor el futuro a mediano plazo, no es asunto de bolitas mágicas, es un asunto de mucho trabajo, obteniendo información y planeando estratégicamente, con esa información nuestro quehacer profesional. Así le hacen las grandes compañías del mundo y las empresas pequeñas o medianas que persisten en el tiempo dando resultados y que, por ello, siguen siendo exitosas. Por desgracia, en nuestro ámbito profesional me refiero a los despachos generadores de proyectos arquitectónicos e ingenieriles y a las empresas constructoras desde las pequeñas hasta las grandes, al no instrumentar estas herramientas tan necesarias de una buena administración para la trascendencia de sus negocios, nos vemos más vulnerables ante las adversidades globales y nacionales (crisis) que se presentan sin aviso, de cuando en cuando. Esa es una de las razones, por lo cual, después de cada crisis económica que ha surgido en nuestro país, las empresas o despachos que primero desaparecen son las que tienen que ver con la industria de la construcción. Claro, muchas de esas empresas o despachos, se renuevan, se transforman y se vuelven a constituir en otras con el tiempo. También es cierto, que el capital humano persiste, la experiencia de años de muchos arquitectos e ingenieros del sector no se pierde. Pero la Institucionalidad (persistencia en el tiempo) de una empresa de este tipo (Construcción) se pierde en mayor medida en nuestro sector después de una crisis económica. En este problema que presento, una de las claves para la subsistencia es precisamente, la planeación estratégica de tu despacho o empresa. No todo depende de tu talento o experiencia.
La otra clave para estar a la vanguardia y ponerse al frente de la competencia, es la utilización de nuevas y mejores tecnologías. En nuestro sector, esto puede ser determinante. Un proyecto que presente ventajas constructivas, tanto en costo, como en tiempo, es oro molido. Me remito a lo descrito en los dos primeros párrafos de esta columna, "los tiempos que se avecinan, son de cambios y transformaciones profundas", no tengamos dudas. Quien no esté a la altura de esas exigencias, se quedará a la zaga. Es importantísimo estar actualizado con las tecnologías novedosas ya existentes y con aquellas que están surgiendo día a día. Cierto, que los métodos o procedimientos tradicionales de construcción en nuestro país son una garantía y también nos proporcionan certeza por aquello de su existencia y fácil obtención. Los materiales y métodos tradicionales también son una ventaja y por supuesto, también son muy apreciados por nuestros clientes. El asunto, es que no todos los proyectos arquitectónicos e ingenieriles tienen la misma demanda o exigencia. Las tecnologías propuestas en los proyectos deben contemplar ventajas para el cliente solicitante de ese proyecto, para los usuarios en general y para la misma ciudad. Tecnologías para su construcción y tecnologías para su operación. Esto es, tecnologías para la creación de espacios mucho más disfrutables y tecnologías que hagan del proyecto, un edificio sustentable. Con menores costos, tanto para los operadores de esa edificación, como para la misma ciudad. Ya hay varios proyectos en nuestras ciudades con estas características, pero el reto es implementarlo ya en todos nuestros proyectos. No podemos seguir viviendo en una ciudad, en la que sus edificaciones son una carga para todos, por aquello de los servicios públicos que se exigen para su operación y subsistencia.
Quienes estamos en la trinchera de la generación de proyectos y de la actividad de la construcción, no podemos soslayar más esta exigencia, tenemos que salir de nuestro estado de confort. La investigación constante de las tecnologías innovadoras y de las que están por aparecer, es super necesaria. Esta debe ser una autoexigencia profesional permanente. No hacerlo es irse marginando del progreso y por la tanto, de nuestra actividad profesional que nos da un sustento de vida a nosotros y a muchos mexicanos más. Por eso urge que participemos constantemente en las Expos, tanto de nuestro país, como las que se organizan en el país vecino del norte, cuando esto es posible, claro está. Estar al día es una exigencia profesional. Yo en lo personal me mantengo ansioso de asistir al mejor expo de nuestro país que se organiza en la Ciudad de México, la Expo CIHAC, misma que se replica en otras ciudades importantes del país. Este año, al parecer por las mismas razones relativas a la pandemia, se suspendió su organización de manera física para el próximo año, pero estoy seguro de que este año en Expo CIHAC Digital, tendremos una de los mejores expos de los últimos tiempos.
Estas dos herramientas, la planeación estratégica y las tecnologías innovadoras, son sin lugar a dudas, mis recomendaciones más sentidas para despachos y empresas de este sector al que pertenezco, producto de años de observación, análisis y estudio, con la idea de hacernos más competitivos, tener capacidad de subsistir en el ámbito de nuestra profesión a pesar de las circunstancias adversas (crisis) que siempre están ahí y llegan sin invitación, y con ello, contribuir a mejorar nuestro entorno, nuestras ciudades y por supuesto, a nuestro país. Ese es el valor agregado que debemos darle a nuestra actividad profesional. Recordemos que tenemos que estar a la altura de las circunstancias. Este es el momento de poner el foco en ello.
Columna del:
Arq. Víctor Manuel Martínez Puente, Maestro en Administración de la Construcción
Miembro del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México desde 1991