COLUMNA | Lo que falta para que el sector de la construcción funcione mejor

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03 Julio 2020 Arq. Víctor Manuel Martínez Puente

A pesar de haberse catalogada a la industria de la Construcción como una actividad esencial, y ésta, haber iniciado actividades desde el mes de junio de este año 2020, las cosas aun no pintan nada bien para este sector. Definitivamente las medidas tomadas por la pandemia--claro está, para garantizar la seguridad y la salud de todos--están haciendo estragos en esta industria tan importante para la economía nacional. No me refiero a los protocolos que se generaron para su instrumentación en las obras y demás trabajos de la construcción. Me refiero al confinamiento de la sociedad mexicana y la paralización de la economía en general.  Si bien es cierto, son medidas que tienen como objetivo impedir el mayor número de contagios de este virus (COVID19) y limitar e impedir su propagación, también es cierto, que estas medidas están teniendo un impacto negativo en la actividad económica y de manera irremediable, están impidiendo que los negocios relacionados con esta actividad no prosperen o se pospongan al infinitum, y, por lo tanto, su actividad disminuya en proporciones que todavía no alcanzamos a dimensionar. Veamos la información con la que contamos hasta el momento, proporcionada por el INEGI;

Según datos del INEGI al mes de abril, se confirma una baja en la producción de este sector, registrando una caída del (-)19%. El subsector que más interesa a nosotros los Arquitectos y que promedia en el valor último de la producción nacional, es el de la Edificación, y esté, encabeza la caída de los subsectores con un 22.4%. Esto es, en donde mayor actividad tenemos los Arquitectos, es en donde menor crecimiento se está presentando. Y esto tiene su explicación en lo comentado en el párrafo anterior. Lo amplio a continuación para su mejor comprensión;

La industria de la Construcción se nutre en gran parte, de la actividad que realizan los Arquitectos con los particulares, desde un proyecto de casa habitación, hasta el edificio más complejo de departamentos, oficinas, usos múltiples, rascacielos, etc. El campo de acción es amplísimo, basto y sin límites. Solo que para que esa relación exista, se requiere que la economía funcione. Que la gente tenga ingresos producto de su trabajo--asunto que hoy día, está en duda--tanto para quienes tienen un empleo o lo tenían, como para quienes tienen un negocio (empresa). Para quienes tienen capacidad económica, esto es, el ahorro necesario para invertir, necesitan de certidumbre para hacerlo, ósea, si su inversión es un edificio de departamentos--por poner un ejemplo--requieren que está inversión, encuentre la demanda necesaria, ya sea al comprador de una casa o departamento, o a la empresa dispuesta a invertir en el edificio de oficinas o en la plaza comercial. Al parecer, la realidad del momento que vivimos, no es muy halagadora, la expectativa deseada para hacer negocios fructíferos todavía no se presenta, se esfumo con la pandemia. Sin embargo, éste 24 de junio la Jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, anuncio su plan de recuperación económica, en la que participa la iniciativa privada con poco más de $50,000 millones de pesos (omito describir lo relativo a la obra pública que anuncio, ya que este articulo está destinado a valorar la participación de la iniciativa privada en este sector).

Seguro son proyectos que se formularon desde el año pasado o antes y estuvieron en proceso antes del anuncio del confinamiento y los demás protocolos derivados de la pandemia. Los grandes proyectos no se hacen en semanas, ni se socializan en días.  Requieren tiempo y mucha planeación para presentarlos ante la autoridad y solicitar los permisos correspondientes. Qué bueno que se les dio luz verde a 581 proyectos, de los cuales, 480 son menores de 10 mil metros cuadrados, 48 son obras mayores de 10 mil metros cuadrados y 53 proyectos son de regeneración urbana y vivienda incluyente. El asunto estriba, en si esos proyectos, una vez ya concluidos, encontraran el mercado adecuado para su colocación, asignación o venta. Esperemos que sí, que ese plan de reactivación económica dé frutos y genere los empleos esperados y que la economía se reactive y se dinamice. Porque quienes invierten en bienes inmuebles, esperan un retorno de su inversión y por supuesto una ganancia, todo ello, en un tiempo razonable.

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Quienes todavía están en la etapa de valorar su incursión en algún proyecto de inversión, inclusive si ésta, es solo su casa habitación, los tiempos actuales no ayudan a que esa relación de Arquitecto y cliente se concrete satisfactoriamente. La incertidumbre por el confinamiento recomendado por la autoridad y la actividad económica paralizada a consecuencia de ello, definitivamente es un impedimento para que los negocios en ese ámbito de la construcción prosperen. Y bien sabemos que para que haya obra, primero debe haber un proyecto Arquitectónico Ejecutivo.  La constante incertidumbre sobre los tiempos de duración de la pandemia, impiden que la planeación financiera y de ejecución de este tipo de proyectos se formule con cierto grado de certeza.

El Gobierno Federal, como los gobiernos Estatales y Municipales, incluyendo al gobierno de la CDMX, están obligados a continuar con sus proyectos prioritarios e invertir los recursos públicos programados en sus respectivos presupuestos para la realización de la obra pública que la sociedad espera y necesita. Pero la iniciativa privada depende de otros factores para funcionar. Y esos factores, algunos mencionados en los párrafos anteriores, están hoy día, en suspenso. El sector de la construcción no solo es la inversión pública en infraestructura, se compone y se nutre de la inversión privada que da empleo, tanto a Arquitectos e Ingenieros, como a la mano de obra especializada en este subsector de la edificación. Qué bueno que el sector construcción fue decretado esencial para su reactivación, lo aplaudimos, pero este sector sigue cojo sin la participación activa y dinámica de la iniciativa privada, no solo como una estrategia de reactivación, sino como una constante de la economía de este sector. Y está, no solo requiere de capital o estímulos para su reactivación, requiere de certidumbre y activación en todos los sectores y recovecos de la economía de la cual depende. La construcción, para estar activa y empujando con todo a la economía nacional, requiere de todas sus partes, la iniciativa privada, es sin lugar a duda, una de ellas, sino es que la más importante. Esto haría que el sector construcción funcione mejor. Aplaudimos el plan de reactivación del gobierno de la CDMX que incluye los proyectos de la iniciativa privada, pero necesitamos que esa inclusión y participación, se sostenga en el tiempo y se promueva con intensidad. Ahí está la clave del éxito.

Es importante recordar, que las ciudades se construyen con la participación de los Arquitectos e Ingenieros en todo tipo de edificaciones, desde la construcción de una casa habitación, hasta la construcción de un rascacielos, y por supuesto, de la planeación y el diseño urbano. Ahí está, la generación de riqueza, la producción de bienes y la satisfacción de las personas. En esta actividad profesional, se inicia y se cierra un ciclo. Todo empieza con un proyecto arquitectónico, que representa el sueño de una persona, familia, negocio, empresa o grupo empresarial. Esperemos que pronto, la pandemia sea superada y nuestra actividad profesional siga siendo un instrumento del desarrollo económico del país, de su crecimiento y de la mejora de la calidad de vida de muchos mexicanos.

Arq. Víctor Manuel Martínez Puente / Maestro en Administración de la Construcción / Miembro del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México desde 1991.

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