El desafío de reciclar los desperdicios de la construcción

reciclaje
24 Septiembre 2020 Veronica Cervantes / Grupo Expansion

Las estrategias van desde reusar los productos o reciclarlos en nuevos proyectos hasta generar combustibles.

De acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), en nuestro país se generan alrededor de 17,000 toneladas de residuos de la construcción diariamente. De éstos, 39% es material de excavación, 25% es concreto, 24% es escombro, y 12% lo representan otros desechos.

Asimismo, en el documento Plan de manejo de residuos de la Construcción y la demolición, de la CMIC, se observa que, en 2013, sólo el 4? los residuos que produjo esta industria eran aprovechados nuevamente, el 3% en reciclaje y 1% en reúso.

Para Pablo Colás Murillo, presidente del Instituto Mexicano de Ciudades Inteligentes Sostenibles y Sustentables (IMCISS), tenemos que regresar a las raíces y así como se han dejado de usar las bolsas de plástico en el supermercado y en algunos casos se ha decidido volver a las bolsas de cartón reciclables, así, se debe optar por una economía circular en la construcción.

“Uno de los análisis profundos que se tiene que hacer cuando se autoriza cualquier tipo de construcción en este país es que hagan un planteamiento de economía circular y de economía de reciclado para todo aquello que va de lado de la industria sepan dónde hacerse. Cuando tú detonas la industria de la construcción, estás detonando más de 1,000 industrias, entonces debes irte a los orígenes de todo aquel elemento material e insumo que tienes para una edificación o una construcción de una infraestructura”, afirma Pablo Colás.

De este modo, se podrán reusar adecuadamente los productos o reciclar materiales y lograr una economía circular.

El presidente del IMCISS explicó que un ejemplo muy simple es el cemento, que se empaca en bultos de cartón, los cuales se pueden reusar si los cortaron razonablemente, pero si no lo hicieron así, de cualquier manera, son totalmente reciclables y los pueden enviar a depósitos específicos o a las papeleras donde los pueden aprovechar para lograr una mejor sostenibilidad.

En el caso del acero, los albañiles a veces hacen barrotes, cinceles y una serie de herramientas, pero al final, también se puede ocupar para reciclaje en una acerera. Por otra parte, el cobre también se recicla, aunque hay una tendencia ahora por utilizar cable de aluminio.

Aquí, Pablo Colás hace una reflexión: “En tecnologías, ya se puede transmitir energía eléctrica por aire en términos de resonancia magnética; entonces la pregunta es: ¿nos hace falta tanto cable en la industria de la construcción, ya sea cobre o aluminio?”

En cuanto a materiales pétreos, afirma que conviene más utilizar los naturales que los artificiales. “Ya sabemos que las arenas y las gravas vienen de depósitos locales lo más cercanos posible, y un punto muy importante es el consumo de energía, el consumo de agua y de transporte, entonces, también ya se debería ir atacando un esquema de administración energética desde el inicio de la obra sobre administración de agua en el edificio, de administración de gas o combustible”, afirma.

Para esto se requiere establecer un criterio de logística de transporte para optimizar al máximo los desperdicios que pudiera generar la industria de la construcción.

Por otra parte, “ya existen empresas en el país que, en los estudios de impacto ambiental que se hacen previos a la construcción, ya están tomando algunas consideraciones importantes, ya existen industrias en el país que cuando va haber una demolición se dedican no solamente al reciclado sino al reúso de ciertos elementos y de ciertos materiales”, afirmó el presidente del IMCISS.

Pero aunado a esto, advierte que debería surgir una arquitectura que desde el principio innove y señale que en alguna parte del edificio en construcción se ocuparán productos de reúso y materiales reciclados.

“Yo apelaría mucho a los colegios de arquitectos y a los grandes arquitectos mexicanos —que los tenemos— a que hicieran una exploración en esto, y así como tenemos una bolsa de cartón que te dicen que es papel reciclado, que te dijeran cuál es el porcentaje de los materiales reciclados ocupados en un edificio, y que se informe en el momento de la demolición, cuáles productos pueden tener un reúso, para cuáles fines y cuánto tiempo será su vida útil”, señala Pablo Colás.

Sin embargo, menciona que para lograr esto, aunque hay avances, se tiene que trabajar más rápido, con mucho detalle y tener un inventario de la planta construida en el país. Y ese inventario debe clasificarse perfectamente para que en el momento de la demolición sepan a quién acudir y quiénes pueden estar interesados en ciertos materiales para aprovecharlos nuevamente.

economia circular

Reúso de inmuebles

En el sector inmobiliario, el Covid-19 vino a demostrar que algunos edificios tendrán que modificarse o sustituirse. Con el teletrabajo, por ejemplo, se ha visto que ya no serán tan necesarios los corporativos, y quizá puedan requerir menos metros cuadrados. Entonces, por una parte, habrá que ver si estos edificios existentes son susceptibles de transformarse.

Mientras que los inmuebles que están por realizarse, se deberá hacer un análisis sobre su funcionalidad para ver si posteriormente se pueden modificar o qué usos se les puede dar, comenta el presidente del IMCISS.

Actualmente, observamos que no solamente se pueden reutilizar los materiales y productos, sino también los inmuebles completos. Un ejemplo de esto, lo relata Pablo Colás. Se trata de la casa de estilo gótico que aloja el edificio Reforma 1, en la Ciudad de México, donde mediante un sistema de gatos y trenes hidráulicos se recorrió la residencia para que pudiera entrar en el rascacielos.

Y así como este hay otros casos en la metrópolis donde quizá no se ocupó todo el inmueble, pero se reutilizó una fachada u otra parte de una casa, que, a veces, por el valor arquitectónico e histórico se busca rescatar.

Pero también, Colás Murillo menciona que hay otros casos en donde se está cometiendo un crimen arquitectónico, como en algunas casas de Polanco que tienen estilo colonial californiano con canteras muy bonitas, y las están pintando de blanco, con lo cual se echa a perder la cantera porque nunca podrá recuperar su color natural, pues tratar de hacerlo sería más costoso y difícil.

En estas situaciones, lo mejor sería retirar la cantera y utilizarla en otras construcciones donde se les pueda dar un mejor uso.

Y más allá de los inmuebles de tipo residencial o de oficinas, refiere que en la vivienda de interés social también se podrían utilizar materiales reciclados de algunas demoliciones. Quizá en los departamentos pequeños se podrían hacer los baños menos estándar y más conceptuales, un poco artísticos, y utilizar acabados que se retiraron con cuidado de otros lugares.

Por último, el presidente del IMCISS reitera que la propuesta, en síntesis, “será un análisis de las normas pre-Covid-19 versus las que debieran haber post-Covid-19 para implantar y cambiar lo que debe modificarse, no digo con todo, e implantar esta cultura, o más que la cultura, esta economía circular que tanto requiere el planeta y el país”.

Al activar la economía circular para la industria de la construcción y la economía del reciclaje, y considerar que los edificios deben tener un porcentaje de construcción que deba cumplir con estas dos cosas, así como cuidar la huella de carbono que provoca toda la cadena de suministros en la industria, se podrían tener mayores alcances para enfrentar el problema de los desperdicios de la construcción.

Los desperdicios de la construcción que son fuente nuevos proyectos

Con la finalidad de aprovechar los residuos de la construcción, la CMIC ha propuesto ocuparlos en varios productos, por ejemplo, el escombro mezclado de concretos y morteros se puede utilizar en bases hidráulicas en caminos y estacionamientos; el escombro mezclado y reciclado se puede destinar para ciclopistas, o los residuos de concreto para hacer guarniciones, banquetas y muros.

Por otra parte, hay esfuerzos como el de una planta de Cementos y Concretos Moctezuma, que convertirá sus residuos en combustible alterno con la solución de Veolia, una de las empresas comprometidas con el aprovechamiento de los residuos para ayudar a reducir el impacto al medio ambiente.

En la planta en San Luis Potosí, se espera co-procesar 40 mil toneladas de residuos industriales al año para crear combustibles alternos útiles para los hornos cementeros.

Con esta medida se evitará el uso de 1,600 camiones al año que transportarían residuos hacia los rellenos sanitarios especiales, con lo cual se reducirán las emisiones de CO₂.

Así, la gestión de los residuos de la construcción para ocuparlos en otros proyectos hará más eficiente y sustentable su manejo, a través de la economía circular en todo el mundo.

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