Hoy en dÃa es poco habitual ver a una mujer a pie de obra. El sector de la construcción es una industria históricamente adjudicada al género masculino, esto ha hecho que el posicionamiento de las mujeres sea lento, y con muchos retos e inconvenientes. En el marco del DÃa Internacional de la Mujer, es necesario reflexionar sobre los desafÃos y oportunidades para el logro de la igualdad de género y la erradicación de la violencia contra las mujeres.
Datos del gobierno de México señalan que las mujeres representan poco más de la mitad de la matrÃcula de licenciatura universitaria y tecnológica, pero su presencia prevalece en áreas sociales como son educación (74.4%) y salud (67.0%). En áreas técnicas como la ingeniera, manufactura y construcción no alcanzan la tercera parte de la matrÃcula, contando solo con un 28.7? representación. Por otro lado, datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) de 2020 reportan que, del total de  sus afiliados, solo 1320 empresas son dirigidas por mujeres.
Sin duda este es un hecho que debe de cambiar, la construcción es una economÃa enorme y necesaria a nivel mundial, pero ¿cómo podemos asegurar la representación femenina?
Para muchos, el principal problema son los estereotipos, por ejemplo, se sabe que esta industria puede llegar a ser peligrosa en obra, pero normalmente tiende a verse a la mujer como más vulnerable e incapaz de realizar trabajos pesados, y  los empleadores suelen recurrir a este estereotipo para disuadir a las mujeres de trabajar en la construcción.
Las mujeres que desean participar en operaciones de ayuda o desarrollo, que por lo regular son trabajos sumamente desafiantes, se enfrentan a la creencia de que las mujeres no pueden o quieren trabajar en esas condiciones, que no pueden soportar a la par del género masculino. Por ello, las oportunidades que se ofrecen en este sector suelen ser menores para las mujeres y con una gran brecha salarial.
La pregunta que debemos plantearnos es cómo superar estos obstáculos y estereotipos. Para lograrlo, es necesario pensar no solo en como lograr aumentar el número de mujeres en el sector de la construcción, sino también de qué forma podemos asegurar su permanencia en el trabajo.
Pero no todo es malo, existen muchas asociaciones y organismos, como INMUJERES, UNOPS y la propia CMIC, que están creando planes para aumentar la participación y empoderamiento de la mujer en esta industria.
Aún hay mucho camino por recorrer, sin duda será difÃcil y con grandes obstáculos, pero afortunadamente el panorama es favorable.