Es importante prever tanto accidentes que pueden desarrollarse dentro de la obra, como los que puedan implicar daños a terceros.
Sabemos que lo imprevisto puede ocurrir en cualquier momento y una obra en construcción no es la excepción. Una maniobra incorrecta con una grúa, una inundación por lluvia, un sismo e incluso un incendio pueden ser uno de esos eventos que es importante considerar cuando se hace la planeación.
Como consecuencia de estas situaciones, en el mercado están disponibles varios tipos de coberturas. Una de las principales es la de obra civil, que se refiere a: “Los daños que sufra un inmueble durante el proceso de construcción; esto puede ser a causa de un incendio, de un huracán, de un terremoto o cualquier fenómeno meteorológico y lo que cubre es el costo de la construcción”, explica Raúl Tapia, director de Desarrollo de Negocios de GMX Seguros.
También se puede cubrir el montaje de maquinaria durante la edificación, así como la responsabilidad civil por los daños que se puedan causar a terceros durante el proceso de la edificación, el seguro principal para este sector.
Pero hay un punto que sobresale y en el que la aseguradora apoya a las empresas: la administración de riesgos, que está enfocada a orientar a los clientes para minimizar los riesgos de sus operaciones.
En el caso del sector de la construcción, asesores de GMX Seguros visitan las obras desde que empiezan a excavar y cimentar, y supervisan que la obra se vaya haciendo correctamente para que no cause un daño posterior, además de hacer recomendaciones sobre las condiciones más seguras para que nadie sufra un accidente dentro o fuera de del inmueble.
Sin embargo, Raúl Tapia afirma que es muy importante que la obra respete la normatividad: “En la medida que se vaya ejecutando con todo eso, ayudan a que los accidentes sean menores; por ejemplo, si los trabajadores tienen arneses y protecciones adecuadas, el cumplimiento de esto favorecerá a que existan menos accidentes”.
En entrevista, agrega que hay otras coberturas como la de responsabilidad civil profesional para arquitectos e ingenieros, que cubre los errores que puedan cometer desde que proyectan la obra y todos los cálculos que tiene que hacer para las estructuras o incluso durante la supervisión de la obra.
También es importante contar con una cobertura para vicios ocultos que pueden presentar las construcciones, incluso 10 años después de que se terminó la edificación, que es un servicio que se conoce como responsabilidad civil decenal.
Otra importante para considerar es la responsabilidad civil de todos los contratistas que intervienen en la obra, ya que normalmente hay un responsable principal que subcontrata a muchos contratistas y con ello se cubren los daños que puedan causar a terceros durante la construcción.
Al hacer el proceso de administración de riesgos durante la construcción, explica Raúl Tapia, –en vivienda de interés social, por ejemplo– han identificado que las obras están construidas con mayor calidad, y con ello, las reclamaciones en cuanto a la estructura por parte de los adquirientes son menores.
Todo este tipo de coberturas contribuirán a elevar la calidad de la obra, a lo largo de su desarrollo.
