WELL Health Safety Rating, de IWBI, promueve edificios más saludables y seguros ante la contingencia sanitaria.
Hace poco tiempo la Certificación WELL Building, parecía sólo un concepto en la industria de la construcción, sin embargo, va cobrando mayor aceptación sobre todo ahora que la salud en los espacios es tan importante para evitar el contagio de COVID-19 o de otras enfermedades y para tener un entorno más positivo.
Esta certificación, que otorga el International WELL Building Institute (IWBI), ayuda a que los usuarios de un edificio puedan tener mejor salud, gracias a las características de diseño y arquitectura de la construcción, así como a las políticas y acciones que se integren para tal efecto.
La certificación WELL en los edificios “une todos los conceptos de salud en el entorno construido, une conocimiento médico, el conocimiento de diseño, de arquitectura y de ingeniería, para crear espacios que tengan como prioridad la salud de sus habitantes. Entonces, hoy más que nunca se ha vuelto relevante porque, aunque hace años se investiga sobre cuál es la relación que existe entre salud y el espacio construido, hoy todos estamos preocupados por ello”, señala Alicia Silva Villanueva, fundadora y directora de Revitaliza Consultores.
Destaca que esta certificación juega un rol fundamental casi tanto como una vacuna, porque es en los inmuebles donde sucede la vida y donde puede propagarse cualquier enfermedad, de tal manera que tener una certificación enfocada en la salud, en el espacio construido, es transcendental y la gente le está dando muchísima importancia. Antes creían que era una moda, pero hoy se dan cuenta que sí necesitamos este tipo de cosas.
La certificación WELL la pueden obtener tanto edificaciones existentes como nuevas, y pueden ser edificios completos o solamente oficinas, también casas, centros educativos, restaurantes u otro tipo de inmuebles.
Pero, ¿cuáles aspectos son los que deben contemplarse para lograr la certificación WELL? Alicia Silva menciona los siguientes:
- Aire. Tiene qué ver con la circulación del aire en los interiores, lo cual actualmente sabemos que es básico para tratar de evitar contagios, por lo que se busca primordialmente que exista ventilación natural y, si los hay, sistemas de aire acondicionado eficientes.
- Agua. Que no solamente se optimice la utilización de este líquido, sino que también sea de buena calidad en el caso del consumo humano.
- Mente. Que el entorno sea positivo, para lo cual se deben considerar políticas y acciones que redunden en el bienestar de los usuarios. Esto en el caso de centros de trabajo en México, va de la mano con la Norma Oficial Mexicana NOM-035-STPS-2018, Factores de riesgo psicosocial en el trabajo-Identificación, análisis y prevención, vigente desde octubre del año pasado.
- Fitness. Las personas permanecemos gran parte del tiempo dentro de los edificios, por lo que es necesario implementar medidas que promuevan el acondicionamiento físico, por ejemplo, entre los colaboradores en una oficina.
- Nutrición. Se refiere a la disposición de los espacios para consumir los alimentos, cómo se organizan estas áreas, aspectos de higiene y qué comida se incluye.
- Confort. Contempla la ergonometría, la comodidad que aportan los mobiliarios y la acústica para hacer un ambiente más placentero para los usuarios.
- Iluminación. Es necesario contar con luz natural e iluminación artificial que mantenga un ambiente agradable, ya que esto influye en la salud física y el estado de ánimo de las personas.
Estas siete características son obligatorias para que los edificios obtengan la Certificación WELL v1. Mientras que para la Certificación WELL v2 integra además optimizaciones como: sonido, materiales, comunidad e innovaciones.
De acuerdo con Bioconstrucción y Energía Alternativa, empresa consultora en edificación sustentable, la certificación WELL Core es una adaptación de WELL v2 en la que al menos 75?l área del inmueble esté ocupada por uno o más inquilinos.
Además, la certificación WELL v1 puede ser nivel Plata, en el que se cumpla el 100? los aspectos requeridos; WELL v1 Oro, que cumple 100? los requisitos y 40? las optimizaciones; en tanto que la certificación Platino alcanza el 100? los aspectos básicos y hasta 80? las optimizaciones.
Para La Certificación WELL v2 existen los niveles: Bronce, con el cumplimiento mínimo de 40 puntos, que aplica sólo en los proyectos WELL Core; para WELL v2 Plata se cumple 50? los puntos; Oro, 60? los puntos; y en Platino se logra 80? los requerimientos.
En México, el primer edificio que obtuvo la Certificación WELL Building Standard Silver fue “BEA347”, la oficina de Bioconstrucción y Energía Alternativa, localizada en Nuevo León, que además fue el primer inmueble en Latinoamérica en conseguir las certificaciones LEED Construction y LEED Platino en operaciones, versión 4.
Al ser WELL una certificación relativamente nueva, Alicia Silva, menciona que en México la incluyen aproximadamente 11 edificios, pero existe un interés creciente por conocer más sobre esta certificación y obtenerla. Tan sólo en Revitaliza Consultores actualmente hay 10 proyectos que podrían certificarse con WELL.
Asimismo, expone que el principal reto en México para que más edificios puedan obtener la certificación WELL es que las empresas sepan de los beneficios, ya que actualmente todavía no está al alcance de todos.
El compromiso de seguridad ante la pandemia
Con la finalidad de apoyar a las empresas para que certifiquen sus inmuebles, Revitaliza Consultores realiza cursos y conferencias para que la conozcan la certificación y su importancia, sobre todo, en este momento de pandemia.
“Estamos haciendo un protocolo para regreso seguro que se llama 'WELL, Health and Safety', donde estamos revisando cosas muy básicas de los edificios para poder dar una especie de garantía de que se están haciendo las cosas necesarias para un regreso seguro, pero revisando un poco los proyectos que se pueden acercar a la certificación WELL”, destaca Alicia Silva.
Para ello, han trabajado con diferentes compañías porque una gran parte de la certificación se relaciona con políticas del área de recursos humanos o con políticas de bienestar y corporativas, de modo que se han percatado que en esta pandemia se despertó algo sustancial: la cultura que considera el bienestar de todos.
De esta manera, en Revitaliza Consultores apoyan a las empresas para poder hacer estas políticas con estándares reales con mediciones. Igualmente, les orientan en los casos cuando las compañías quieren donar, cómo hacerlo; qué considerar si van a viajar; lineamientos sobre horarios, salud, nutrición, etc.
Ante la pandemia, WELL Health-Safety Rating creado por el International WELL Building Institute aborda las operaciones y administración de las instalaciones de un inmueble, lo que ayuda a integrar mayor seguridad en el regreso a las actividades después del confinamiento por el COVID-19.
Esta calificación WELL de salud considera aspectos como: procedimientos de limpieza y desinfección, políticas de atención ante emergencias, servicios de salud, control de la calidad del aire y el agua, así como compromiso y comunicación con los colaboradores de la empresa o usuarios del edificio.
En esta época, cobra mayor relevancia certificar los edificios con WELL. “Lo más importante va a ser el aire y lo segundo va a ser fortalecer la parte mental de los empleados y la resiliencia. Lo que hemos visto es que la gente está preocupada por regresar a las oficinas porque cree que se va a enfermar y va a contagiar a toda su familia y todo ese tipo de cosas”, comenta Silva Villanueva.
Entonces, los aspectos de resiliencia, de entrenar a la mente para poder aguantar momentos difíciles, son cosas que se implementan a través de la certificación WELL, pero lo más significativo es la calidad del aire y las medidas que permiten a la gente sentirse más tranquila y productiva, lo cual está presente en cada uno de los conceptos de la certificación, apunta la directora de Revitaliza Consultores.
De esta manera, contar con la certificación WELL constituye un gran beneficio para los inmuebles, porque a la gente le gusta más estar en un espacio saludable, saber que está en un espacio que no le va a enfermar, en un lugar que está cuidando la salud de todos.
“Creo que ponderar la salud es la nueva normalidad y entender que el edificio es tan importante como una vacuna es fundamental para vivir en lugares sanos y entender que la salud depende de nuestros hábitos y del entorno en el que nos desarrollamos”, reitera Alicia Silva.
A su vez, estas características aportan otra ventaja para los edificios, ya que la certificación WELL da plusvalía y ayuda con el desempeño de las empresas, menciona la especialista. Entonces, por ejemplo, por cada dólar que el empresario invierte en esta certificación, recibe 10. Sin embargo, lo más trascendente es que se genera un ambiente óptimo para los empleados y así mejora la productividad.
El invertir en el bienestar ayuda para que la gente sea más productiva, que tenga más compromiso con la empresa y mejore su desempeño.