Es referente para un mejor aprovechamiento de los recursos y la disminución del impacto ambiental de una edificación.
Abordar los fundamentos de la arquitectura bioclimática es hablar de la forma ancestral de arquitectura. Esta forma de proyectar las construcciones que se pueden adecuar de manera sentada al entorno en el que se construyen, que entienden su contexto y se adaptan a él.
En palabras de Iratzio Esquivel García, presidente del Colegio de Arquitectura Bioclimática Aplicada, el diseño bioclimático está compuesto por estrategias de diseño pasivo para garantizar el confort térmico, y se consolidó para utilizarse como una metodología para hacer un edificio en cualquier entorno climático.
“El ser humano ancestral era más adaptable a su entorno por obvias razones, a diferencia del ser humano moderno. Hoy, el rango de confort con el que se habitan los espacios es más cerrado. Por eso, cuando hablamos de diseño arquitectónico bioclimático, hablamos de la manera en la que traducimos un requerimiento de espacio en un clima determinado”, asegura el especialista.
Si bien la Revolución Industrial propició el desarrollo tecnológico, también fue alejando a la arquitectura de sus bases. Es donde surge la pregunta de por qué se debería regresar a la bioclimática, considerando temas de eficiencia energética, disminución de emisiones de CO2 y de recursos económicos.
Esquivel García explica que a través del diseño arquitectónico correcto se puede contribuir al ahorro de recursos para lograr verdaderas edificaciones sustentables. Por ejemplo, con la geometría solar, concepto que se ha desarticulado de la arquitectura actual en el proceso de diseño de las edificaciones, a pesar de que influye con efectos de calentamiento, enfriamiento e iluminación, que se traducen en confort.
Así, el diseño permacultural, la selección de materiales y la integración de ecotecnologías también contribuyen en el objetivo, aunque, como expone el especialista, se confunde y se cree que con instalar un calentador de agua solar o paneles solares fotovoltaicos es suficiente, cuando en realidad es una metodología integral.
El desafío es generar espacios que sean más conscientes, sensatos y amigables con el medio ambiente, entendiendo que los recursos del planeta se están agotando y, como sugiere Iratzio Esquivel, la única solución es regresar a los orígenes y reaprender a ser más sencillos, así como el ser humano ancestral.
“El diseño bioclimático es un tema de todos. Hay un dato que indica que, de cada 10 minutos de nuestra vida, nueve estamos dentro de un espacio arquitectónico porque lo que todos deberíamos aprender el ABC de la arquitectura bioclimática también para habitar un espacio”, agrega, en entrevista.
A futuro, concluye el presidente del Colegio de Arquitectura Bioclimática Aplicada, la idea es que la arquitectura sea una, sin motes ni divisiones, como nunca debió dejar de serlo.