Patología del concreto permite reconocer una obra saludable

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10 Abril 2019 Veronica Cervantes Camacho, Grupo Expansion

Hay daños en las estructuras de concreto que pueden ser por sobrecarga o de origen químico, pero hay soluciones como las nanopartículas para contrarrestarlos.

 

Los edificios y cualquier obra creada con concreto también se enferman y para analizar este aspecto, la patología del concreto precisa las causas para poder dar un diagnóstico certero y reparar esas construcciones.

 

“La patología es un área de la ingeniería la cual está dedicada a evaluar los daños que puede sufrir una estructura de concreto. Esta área de la ingeniería estudia, con el método científico, el daño que sufre una estructura, principalmente para dar una respuesta y poder realizar, en su caso, un proyecto de reparación o bien, decidir el porqué de la afectación de la estructura”, explica Juan Luis Cottier Caviedes, director general de Cottier Consultores (CCSA).

 

Los principales daños que presenta el concreto en las construcciones pueden ser debido a sobrecarga o esfuerzo por, digamos, un sismo. También puede tener un origen químico, a causa de sustancias como sulfatos o fluoruros a los cuales está expuesto el concreto durante mucho tiempo.

 

Los síntomas que presentan las estructuras pueden ser fisuras o deformaciones, aunque también se presenta desintegración del concreto por el tiempo y corrosión en el acero de refuerzo. 

 

“En la ingeniería no podemos hablar del concreto como un material simple, sino que el concreto viene siempre unido a un refuerzo que puede ser estático, como el que normalmente se pone en una vivienda, o un refuerzo activo, que es el presfuerzo; cualquiera de los dos sufre ese fenómeno de corrosión. Y el último síntoma es el que nadie quisiéramos ver: el colapso”, detalla.

Hay curaciones

En entrevista, Cottier Caviedes expone que ante estas situaciones existen soluciones innovadoras como las nanopartículas, principalmente de sílice, que endurecen y dan un mejor comportamiento al concreto, así como las fibras de carbón, las fibras de vidrio, las resinas y aditivos que se suman a ese material.

 

También se sigue utilizando con mucho éxito la reparación con acero y con celosías o soleras de acero que le dan un buen comportamiento a la estructura de concreto.

 

Pero antes de usar alguna de estas soluciones es necesario hacer una revisión estructural, ya que han aparecido “productos milagrosos” que no servirán si un laboratorio especializado no realiza un verdadero análisis de qué fue lo que pasó con ese concreto, destaca.

 

“Desafortunadamente, todavía muchos ingenieros no son conscientes de lo que es un estudio de patología, hay muchos que se atreven a tomar una estructura dañada y la tratan con los mismos conceptos que tienen de una estructura nueva. Yo les diría: si tienen un bebé, ¿lo llevarían con un geriatra o a su abuelita con un pediatra? Yo creo que no”, señala Juan Luis Cottier Caviedes.

 

Añadió que el concreto es un material que evoluciona con el tiempo y hay factores como el bióxido de carbono que lo dañan, inevitablemente. Sin embargo, el concreto ha demostrado a través de más de un siglo que es un material que puede durar 50, 70 o hasta 100 años si se le da un mantenimiento adecuado.

 

Asimismo, el especialista reiteró que es importante conocer los daños en las estructuras de concreto para prever riesgos, para lo cual la academia y el gobierno han colaborado, sobre todo, después de los sismos de 2017.

 

 

 

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